Como agua para chocolate un libro lleno de realismo, magia y amor.

“El amor no se piensa, se siente o no se siente.”


Sin duda alguna lo primero que se debe hacer al coger un libro y leerlo, es saber un poco de la historia de quien está detrás de ese universo, quien dio vida a esas palabras, a esos personajes, a esos lugares y es así como antes de hablar de “Como agua para chocolate” se hace fundamentalmente importante hablar de Laura Esquivel y el contexto en que escribió esta novela rosa, por entregas y con mucho realismo mágico, que se ganó el corazón de los lectores desde 1989 año de su publicación y que actualmente sigue enamorando, esta historia de amor y dramas familiares es ambientada en Piedras Negras - Coahuila, México; la novela transcurre en la Revolución Mexicana que en la historia se encuentra en un segundo plano pero interfiere en ocasiones en la trama y el desarrollo de sus personajes. 


Como agua para chocolate es ese tipo de libro que se puede leer en una sentada, que atrapa, que hace reir, odiar, amar, llorar y sufrir, pero que al final llenan el corazón del lector de satisfacción por terminar una lectura tan placentera que enamora a cualquiera, con un realismo mágico magnífico a tal punto que como lector no se cuestiona lo imposible de todos los acontecimientos que rodean la vida de Tita, por el contrario, lo ves de una manera tan natural como lo hace la protagonista, sin observar lo poco posible que es, pues  como Tita vemos estos de manera tranquila, y como si fuese parte de la cotidianidad. 


Esquivel sin duda alguna tiene un talento impresionante para atrapar al lector, para crear vínculos entre quien lee el libro y sus personajes, al leerlo es inevitable no sentir empatía y cariño hacia Tita, enojarse con Pedro, odiar a  mamá Elena, no adorar al doctor Brown, no sufrir con la muerte, las desventuras, las alegrías, las tristezas de los personajes. El trabajo que la escritora hace es de admirar a la hora de caracterizar, describir, no solo los espacios en que transcurre la historia sino también a quienes interactúan en estos, de esta manera se siente más real lo que se lee. 


Uno de los aspectos más maravillosos del libro es como la comida y la cocina tienen una conexión con todos los eventos importantes del libro, la manera en que describe y narra la cocina típica mexicana, es así como es muy bonito empezar cada capítulo con una nueva receta y como esta es explicada en los intermedios de los acontecimientos de de la vida de Tita, de esta manera es impresionante la manera en que se conectan los hechos con la comida preparada por la protagonista y lo que sentía al momento de preparar las recetas, como estas afectan a los demás personajes que comían los platillos preparados por ella, un gran ejemplo de esto es el pastel de bodas de Rosaura y Pedro, como todos los invitados terminaron intoxicados, también las codorniz con pétalos de rosas que causaron la huida de casa por parte de Gertrudis.   


De Acuerdo a lo anterior, uno de los hilos conductores de esta historia y el más fuerte es la cocina, la comida que siempre está presente sin falta alguna conectándonos el pasado, el presente y hasta el futuro, es de reconocer como en más de una ocasión Tita se compara a ella o a su vida con algún plato o comida preparados por sus manos o las de Nacha, un ejemplo de esto es cuando habla del último chile relleno que queda a la merced de la soledad al inicio del libro y al final vuelve a hacer la comparación pero en esta ocasión manifiesta no sentirse como un chile relleno. 


Esquivel con su libro te lleva a lo más lejano de la vida de un rancho mexicano, con cada palabra, cada frase, cada acontecimiento, hace sentir al lector como si estuviese dentro de la historia, que imagine fácilmente la casa, la cocina, lo que hacen los personajes, cómo son estos, cómo se sienten, la tensión, la tristeza, la opresión, es magnífico como se puede llegar a sentir tanto las palabras escritas en el libro, a tal punto que da tristeza terminarlo de leer. 


Los personajes tienen una representación característica que le da el hilo a la historia, es así como Tita y Pedro son oprimidos por Mamá Elena y Rosaura, mientras Gertrudis representa esa libertad al huir del yugo de su dictadora madre, así podríamos identificar también como el doctor Brown representa al salvador de Tita, la muerte de Mamá Elena y muchos años después la de Rosaura Libera a los protagonistas de tener que esconder su amor y el nacimiento de Esperanza trae al rancho un sin fin de esperanzas e ilusiones de un nuevo futuro por venir. 


Es sin lugar a duda un excelente elemento el hecho de que Tita no se cuestionara para nada los elementos mágicos, extraordinarios, pero si tuviese una actitud de desafío, desagrado y repudio frente a lo que para ella era la tradición familiar más absurda e injusta de la vida, cuestionando constantemente así no pudiese dar su opinión sobre el tema, el no poder casarse para tener que cuidar a su madre el resto de la vida, sin poder tener hijos, sin poder conocer y disfrutar del amor, al morir su madre se liberaba de esa soga que la ataba, aun así no pudo disfrutar libremente de su verdadero amor; Tita luchó tanto en contra de ese dictamen familiar que no quería que su sobrina Esperanza tuviese que pasar por esta situación tan opresora que quería imponer su hermana Rosaura, como si tuviese sentido seguir con una tradición que no pensaba en lo que sintiese la hija, la tranquilidad tanto para Tita y su sobrina llegó con la muerte de Rosaura, pudiendo así Esperanza casarse con Alex el hijo del doctor Brown. 


Este libro es en simple palabras una obra maestra, la manera en que la autora describe las sensaciones de Tita en su mayoría con metáforas relacionadas con la 

comida, como cuando compara su sensación al ver a Pedro por primera vez como cuando un buñuelo toca el aceite caliente o el momento clave donde el título de la obra cobra sentido  “Tita estaba como agua para chocolate, porque hervía de rabia, se sentía mal y enojada con Rosaura, porque ésta quería que su hija la cuidara hasta que ella muriera.”


Para finalizar se hace difícil no resaltar la forma en que le da un toque de erotismo a la narración cuando hay encuentros cercanos o no de Tita y Pedro, mostrando así la tensión sexual que había entre los protagonistas, de igual manera con el final del libro deja a más de uno sorprendido, de cómo el amor de ellos escondido ante los ojos de todos durante años, pudo encender todos los cerillos que se llevan dentro y así murieron juntos en un éxtasis de amor verdadero.

 "Uno es lo que se come, con quién lo come y cómo lo come".

Laura Esquivel



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